ALMENDROS EN FLOR EN CASTRO MARIM
Nuestra ruta senderista del pasado sábado coincidió con el ‘Festival do Amendoeiras em Flor do Algarve’, en Alta Mora, Castro Marim (Portugal). Un festival dedicado a los almendros y sus flores.
Justo el objetivo de nuestros senderos: observar de cerca la floración de esos preciosos árboles rosáceos mientras recorríamos algunos caminos del país vecino.
Dos grupos, dos niveles y cuatro guías. Eduardo, Raúl, Juanjo y Carlos (el pequeño) se esforzaron por mostrarnos las mejores veredas para disfrutar de un espectáculo que se adelanta a la primavera y ofrece imágenes espectaculares.
Los almendros florecen aquí y allá sin orden ni concierto, a su libre albedrío. Asoman en los recodos y en las lindes de los senderos con esas pequeñas flores que esparcen sus blancos y rosados pétalos cuando sopla la brisa.
Tres aquí, cuatro allá, los árboles de la almendra alegran las rutas señalizadas y detienen a un caminante siempre dispuesto a sacar el mejor partido de sus fotografías con hermosos encuadres.
Los vaivenes de los senderos nos abren el apetito y recalamos en Castro Marím para almorzar. Tras una buena comida portuguesa, aún tuvimos tiempo de hacer un poco de turismo por esta freguesía lusitana de orígenes remotos.
Esta zona estratégica siempre estuvo en disputa, de ahí los restos de una fortaleza y un castillo que rodean la ciudad y que todavía son visitables.
¡Bonita sorpresa!, entre las vetustas piedras también germinan los almendros. Con sus flores blancas y rosas parecen conjurar los aciagos recuerdos de guerras y batallas.
Los árboles se yerguen majestuosos sobre las ruinas de una trágica historia de invasiones y combates. Como la cara y la cruz de dos naturalezas enfrentadas.
El tiempo pasa volando y toca regresar al bus. Hemos tenido un buen día, retornamos satisfechos de la jornada.
Traemos cientos de fotografías y buenos recuerdos del país vecino y sus almendros. Y hemos conocido un poco más de su historia, de nuestra historia. ¿Acaso no es la misma para todos?