Nueva ruta senderista por la Sierra Norte sevillana, una circular alrededor del embalse José Torán.

Otra vez buscamos la naturaleza para alejarnos de pandemias y perímetros. Aunque dentro de un orden. Mascarillas y geles son ahora complementos necesarios, imprescindibles en cada rostro y cada mochila; en cada sendero. Respetamos la distancia

Cumplimos unas normas que hemos asumido como mal menor en estas difíciles circunstancias. Dos rutas, dos niveles senderistas y un mismo afán: disfrutar de nuestro entorno natural en una Semana Santa atípica.

Liderados por Carlos, Ana y Juanjo, nuestros insuperables guías, iniciamos la marcha por el sendero de Los Almendros hasta el Mirador Las Palomas.

Recreándonos en un paisaje que luce sus mejores galas. La campiña sevillana resplandece. Árboles, arbustos y flores jalonan la ruta. Encinas, alcornoques, acebuches, jaras, lentiscos y quejigos nos acompañan; alegran la caminata.

Nos muestran una realidad que a veces olvidamos. A medida que avanzamos y el paisaje nos envuelve los pequeños detalles del entorno se nos van revelando.

Una flor aquí, una mariposa allá. Hermosas pinceladas naturales que a menudo no percibimos en la rutina diaria. Miramos pero no vemos. Oímos pero no escuchamos.

Y nuestro cuerpo se queja y nuestra mente se agota. Sin embargo, mientras recorremos los senderos alertamos nuestros sentidos. Queremos ver, oler, oír, tocar.

Apreciamos la influencia generosa de la naturaleza. Y cuando por fin alcanzamos la meta, comprendemos que el esfuerzo ha merecido la pena.

Ya en la sobremesa se percibe un beneficioso cambio de talante. Sonreímos y charlamos comentando las incidencias de la jornada.

Agradeciendo las palabras de ánimo, compartiendo fotografías y anécdotas volvemos más que dispuestos a enfrentarnos con la ardua realidad cotidiana. Estas pocas horas disfrutando de un entorno natural suponen una inyección de energía y optimismo muy necesarios en estos momentos.

No nos decimos adiós, nos despedimos hasta la próxima vez. Hasta la próxima ruta. Volveremos a vernos más pronto que tarde.

La naturaleza nos espera. La necesitamos. No podemos dejar que nuestros sentidos se adormezcan. Necesitamos la naturaleza para sentirnos positivamente vivos.

ELOÍNA CALVETE GARCÍA

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