SENDERISMO POR EL MUNDO

Por el río Mundo. Por la sierra del Segura. Senderismo por Aýna, Liétor y Bogarra. Tres bellos pueblos que esconden rincones encantados y encantadores.

Con senderos salpicados de cascadas y piedras labradas. Con árboles vestidos de otoño e imponentes miradores.

Pueblos con historia que conocimos de la mano de guías locales. Ermitas, conventos e iglesias. Callejuelas estrechas y antiguas momias. Castillos y cuevas.

Modernas fuentes y museos de ‘película’. Ayer y hoy de unos pueblos que se adaptan al presente sin olvidar su pasado.

Han sido días intensos y sorprendentes. Maravillosos. Con momentos inolvidables y decenas de anécdotas para rememorar.

Liderados por Joseba y Marta, nuestros guías principales, recorrimos los senderos superando obstáculos, admirando unos paisajes que no esperábamos. Que nos sorprendían a cada paso.

Ruidosas cascadas y pequeños riachuelos asomaban por doquier. Y el murmullo del agua nos hacía más llevadero el camino mientras dejábamos atrás construcciones imposibles en empinadas laderas para adentrarnos en el colorido bosque.

Aýna, Liétor y Bogarra, los pueblos más bonitos del ‘mundo’, como bien señala Joseba. Tres pueblos casi desconocidos que ya son nuestros.

Ya forman parte de nuestra historia senderista. De nuestros mejores recuerdos. Esos nombres ya estarán para siempre asociados a días de aventura, complicidad y alegría.

Sonreiremos al recordar esas curiosas estatuas, esos riachuelos y cascadas o ese puente que cruzamos ayudados por manos amigas.

Y volveremos a dar las gracias a Joseba, a Marta, a María José y a Alberto. Siempre dispuestos, siempre pendientes de cualquier necesidad para evitar tropiezos.

Aýna, y su sendero de ‘película’. Liétor y sus vetustas momias. Bogarra y su bosque de esculturas. Inolvidables.

Un paseo por Úbeda puso punto y final a nuestro viaje senderista. Úbeda, encantadora cuidad que también esconde rincones y secretos que quizás revelaremos en otra ocasión.

De momento, descubrimos la Sinagoga del Agua. Un lugar mágico con una bonita historia. Allí dejamos la nostalgia del regreso, entre antiquísimas piedras apenas descubiertas.

Si, han sido días emocionantes recorriendo unas tierras cuya belleza natural no imaginábamos. Descubriendo hermosos lugares y excelentes personas.

Haciendo mil y una fotografías para revivir los mejores momentos. Días con mayúscula, de Senderismo, de Cultura, de Risas, Canciones y Compañerismo.

Caminando por tierras castellanas. Por la Sierra del Segura. Por la Ribera del Río Mundo.

Eloína Calvete García
P.D. Este relato lo escribo especialmente para Claudia Waisgluss, con agradecimiento y admiración. Hasta pronto.

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