La ruta senderista de ayer se inició por la hermosa rivera del Huéznar. Recorrimos parte del Sendero de Las Estaciones, y digo parte porque nuestro objetivo era desviarnos del itinerario para visitar los restos de un poblado minero

Unos restos que, junto con las exhaustivas explicaciones del guía, nos permitieron vislumbrar el importante pasado siderúrgico de la zona de El Pedroso.

La Compañía de Minas de Hierros del Pedroso y Agregados, fundada en 1817, sería la primera siderurgia sevillana; aunque hay antecedentes más remotos que hablan de yacimientos de plata y oro por estas tierras.

Pero todo eso queda ya lejos; ahora se pretende recuperar la memoria de aquellos tiempos creando un centro de interpretación y restaurando algunos edificios para que el visitante pueda disfrutar con el hermoso entorno natural, a la par que conoce una parte importante de nuestra historia.

Tal y como nosotros hicimos ayer. Volvimos al sendero con la mente puesta ya en la visita al pueblo. Poco sospechábamos que aún nos esperaban más lecciones, más historia, más recuerdos. 

Tanto fue así que volvimos al colegio. Sí, como suena, volvimos al colegio. Porque ‘El Centro de la Cultura Escuelas Nuevas’ de El Pedroso, que acoge los Museos de la Minería y el de Historia de la Escritura, tiene su sede en una escuela que se inauguró en tiempos de la Segunda República. El edificio, reparado y adaptado a los nuevos tiempos, nunca ha perdido su carácter docente. Y hoy es uno de los lugares más visitados del pueblo sevillano

Cosa nada extraña ya que en este centro de cultura han sabido conjugar el pasado y el presente de manera armoniosa. Me produjo especial emoción una pequeña campana que se conserva en uno de los patios. No pude resistir la tentación de tocarla. Y el sonido me devolvió a mi lejana infancia, al patio cubierto de albero de un colegio con sus filas de niñas de babis blancos…

¡Cuántos recuerdos! Pero no había tiempo para la nostalgia. Todavía teníamos que visitar la Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, un templo cuyo origen se remonta al siglo XV y que tiene un blanco y original retablo en el altar mayor, además de otras tallas y lienzos de singular importancia artística e histórica. Todo esto y más nos lo explicó detalladamente Lola, nuestra guía por el pueblo. Y concluida la visita a la iglesia nos quedó el tiempo justo para llegar al lugar en el que nos esperaba el bus.

Aunque hoy puede parecer que en mi relato he ‘olvidado’ mencionar los paisajes, los colores del sendero, las bellezas de la naturaleza, no es así. No los he olvidado, es imposible. Intentaré compensar mis palabras con las fotografías. La verdad es que la jornada senderista de ayer fue tan completa que tenía que decantarme por uno de sus dos aspectos para no hacer demasiado larga mi narración. 

Eloina Calvete García

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