SENDERISMO, CASTILLO Y MARIPOSAS

SENDERISMO, CASTILLO Y MARIPOSAS

El pasado domingo nuestra ruta senderista nos llevó por tierras gaditanas. Por Castellar de la Frontera y el Parque Natural Los Alcornocales.

Además del parque, un inmenso castillo y una singular especie de mariposa eran otros atractivos del recorrido preparado.

Liderados por Ana y Juanjo iniciamos la subida a la villa-fortaleza.

Ya desde abajo resultaba impresionante la histórica mole de piedra. A medida que nos acercábamos, además de impresionante nos pareció muy hermosa.

Las altas torres rodeadas de recoletas callejuelas y rincones conforman un atractivo conjunto arquitectónico muy bien conservado.

Tras hacer mil y una fotografías del castillo y las imponentes vistas del Peñón de Gibraltar, comenzamos el descenso hacia el embalse y el parque natural cercanos.

Tras la ‘Danaus plexippus’, la mariposa Monarca; una especie migratoria propia del continente americano que ha encontrado en la serranía de Cádiz un lugar perfecto para reproducirse

Ahora son un atractivo más en la zona. Revoloteando sin cesar cautivan a senderistas y viajeros que buscan la mejor fotografía, ese breve segundo que permita captar la belleza de estos inquietos insectos.

Siempre es posible conseguir alguna bonita instantánea, con tenacidad y paciencia. Doy fe de ello.

En el entorno del embalse hicimos un breve descanso ante de adentrarnos en la frondosa vegetación del parque natural.

Caminando por trochas y senderos, rodeados de alcornoques, acebuches, alisos y helechos, árboles y arbustos nos proporcionaron sombra y frescor durante el verde y zigzagueante camino.

Entre la espesura, aún divisamos por última vez el castillo y las últimas mariposas. Quizás acudieron a despedirnos.

Ya en el bus de regreso, las fotografías y videos comenzaron pronto a circular. Las redes sociales se llenaron de mariposas Monarca.

Esta vez viajando por el ciberespacio, un nuevo tipo de migración ajeno a la climatología y que alcanza todos los rincones del planeta. Ellas, con sus bellos colores e infinitos aleteos nos alegraron el día. Y también nos hicieron más ameno el camino de vuelta

Eloína Calvete García

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