Regresamos de nuestro viaje senderista. Regresamos a la vida cotidiana después de recorrer una sierra mágica.
Regresamos de Arouca, un enclave situado en un hermoso valle de pasado remoto y asombrosos paisajes.
La naturaleza y la mano del hombre han convertido la ‘Serra da Freita’ en un lugar de visita obligada.
Los Pasadizo de Paiva, el puente colgante 516, los sorprendentes geositios de ‘pedras borroas’ y ‘pedras parideiras’.
La ‘Frecha da Mizarela’ y el conjunto megalítico. El río Paiva con sus rápidos, el río Caima y su bello entorno y Arouca y su ‘Mosteiro’ de Santa Mafalda.
Todos estos lugares hemos visitado en tres inolvidables días. En un entorno natural de arcaicas tradiciones y moderna ingeniería.
La prehistoria y el futuro en plena sierra portuguesa. Insólito y hermoso.
Con Raúl y María José, nuestros insuperables guías, hemos disfrutado de senderos, pasarelas, ríos y cascadas.
Ellos y nosotros, nosotros y ellos, hemos conformado un grupo andariego siempre atento al compañero. Siempre dispuesto a tender una mano entre risa, bromas y canciones.
Con tan excelente compañía no hay nivel de dificultad ni altura de sendero que se resista. Es lo que tiene el senderismo, kilómetros y kilómetros de solidaridad y empatía
Al final nos esperaba otro plato fuerte, un paseo por Coimbra, la bella ciudad portuguesa. Hicimos un breve recorrido por sus callejuelas para ver sus catedrales y lugares más emblemáticos.
Y subimos hasta su histórica universidad, la más antigua de Portugal, para disfrutar de una maravillosa panorámica. Pero ya tocaba volver, teníamos que romper el hechizo.
Podría extender este relato escribiendo algo sobre las pedras borroas y las pedras parideiras. O sobre el puente 516 y los pasadizos.
Pero creo que será mejor que lo veáis y comprobéis vosotros mismos. Además, ahora todo está en Internet.
Lo que nunca encontraremos en las pantallas es la emoción de la compañía, de la amistad, de la alegría y el apoyo que se trasmite en un grupo senderista. En nuestro grupo senderista.
Y no me enrollo más. Me vuelvo a mis fotografías de este maravilloso viaje. Compartiré unas pocas con vosotros, pero la realidad que reflejan es mucho, mucho, bastante más hermosa. Y mágica.
ELOINA CALVETE GARCÍA