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Llegó el verano y el senderismo semanal finaliza hasta septiembre. Toca despedirse de compañeros caminantes hasta nuevo aviso. Y el Parque Natural de la Breña y Marismas del Barbate decidió ofrecernos la mejor de las despedidas el pasado sábado.

Divididos en dos grupos, según el nivel senderista, iniciamos el camino entre pinares y arena, sobre los riscos, entre nubes y sol, dispuestos a disfrutar de un privilegiado entorno natural e histórico.

Emprendimos la marcha liderados por Jose. Inma se estrenaba como guía de cola.

Entre ambos, un numeroso grupo de senderistas transitando las rutas diseñadas en el parque, siguiendo las normas establecidas en esta desconcertante ‘nueva normalidad’ a la que nos vemos obligados por las circunstancias. Juntos pero separados. Guardando las distancias.

El sendero del acantilado, el mirador, la Torre del Tajo, todas y cada una de las arenosas trochas nos acercaban al destino final, Barbate, el municipio pesquero gaditano.

Seguir el camino sin detenerse ante las hermosas vistas resultaba difícil, y he de reconocer que Jose e Inma se armaron de paciencia ante las numerosas paradas fotográficas del grupo. Sin prisa pero sin pausa nos permitieron disfrutar de las soberbias panorámicas del sendero.

Desde los acantilados se divisaba el mar, las aguas asomaban entre los pinares y nos prometían un refrescante final de jornada. La Torre del Tajo y el cercano Cabo de Trafalgar dan fe del pasado bélico de esta zona costera. Una zona histórica que se ha transformado en paraíso natural para goce y deleite de viajeros y caminantes.

Atrás quedaron las batallas navales y las invasiones piratas, ahora los “asaltantes” solo pretendemos recrearnos en la naturaleza sin dañar este maravilloso entorno. Sudorosos y satisfechos del camino recorrido nos acogió el mar. El último tramo del sendero por la orilla de la playa resultó muy gratificante. Algunos anduvimos descalzos por la arena, sin botas ni bastones senderistas recorrimos los metros finales de la ruta. Dejando que el agua nos reconfortara antes de almorzar.

Ya en el chiringuito, en Barbate, comenzaron las despedidas veraniegas con las consabidas promesas de seguir en contacto vía telemática. Antes del ‘hasta pronto’, brindis y celebraciones cumpleañeras anticipadas. Alegrías y risas contagiosas al final de una estimulante jornada senderista. Adioses sin tristeza, instantes divertidos que atesorar y recordar durante el verano. Fotografías, videos y estas cuatro palabras para guardar en la memoria. Gracias, Senderismo Sevilla.

Gracias por otro año de mágicos senderos. Un año peculiar que seguro nos ha enseñado a apreciar más y mejor los buenos momentos. Gracias a los guías y a los compañeros, a todos. Y a todos envío un cariñoso abrazo virtual con mis mejores deseos estivales. Nos vemos.

Pronto, muy pronto, estaremos de nuevo juntos.

Eloína Calvete García

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