Este es el relato de un precioso viaje senderista por las Merindades de Burgos, por un entorno encantador y encantado.
Con curiosas formaciones rocosas, profundas simas, ríos, riachuelos y cascadas.
Pozas azules y castillos derruidos, ermitas sagradas y santos venerados.
Milagros y leyendas entre el murmullo del agua y el repique de campanas. Villarcayo, Frías, Tobera, Medina de Pomar y un largo etcétera de pequeños pueblos conforman las Merindades.
Escondidos en Castilla sobreviven y guardan infinitos tesoros por descubrir. Y esa era la principal intención del viaje, conocer lo desconocido y admirar lugares increíbles.
Con Carlos, Ana y María José descubrimos parte de su historia y recorrimos sendas, veredas y pequeñas localidades llenas de magia y encanto.
Grandes ríos y pequeños afluentes acompañaron nuestros caminos. Ruidosas cascadas refrescaron nuestra marcha y preciosos bosques nos dieron sombra.
Parajes extraordinarios habitados por el hombre desde tiempo inmemorial. Un entorno natural envidiable con ríos de renombre, como el Ebro.
Y pequeños afluentes, como el Nela, que defienden su importancia en Puentedey.
Visitamos la ermita de San Bernabé y las casas colgantes en Frías. Subimos al Ventanón y bajamos a las cuevas de Ojo Guareña. E hicimos, muchas, muchas fotografías para no olvidar estos rincones singulares.
Formábamos un grupo heterogéneo dispuesto a aprovechar al máximo nuestro tiempo. Quisiera poner nombre a todos los rostros que asoman en las fotografías, no puedo. Pero de todos guardo un grato recuerdo. Hemos compartido muchos momentos felices, momentos de charlas, risas y canciones. Qué decir de Marga, la veterana del grupo, incombustible. O de Gloria, la peque valiente.
Felices reencuentros y nuevas amistades se han forjado durante estos días. Es lo que tiene el senderismo. Deporte, naturaleza, cultura y amistad. Hemos caminado juntos, comido juntos, cantado juntos. Hemos convivido dejando de lado pequeños malentendidos, desfaciendo pequeños entuertos entre grandes carcajadas y aplausos. Carlos, Ana, María José, Marieta, María Jesús, Paco, Adelina, Marcos, Lusanda, Marga, Gloria, Carmen, Toñi… son tantos nombres y tan buenas personas que quiero simbolizar en ellos lo mejor del deporte senderista.
Y hasta aquí mi relato del viaje por Las Merindades de Burgos (I). Espero que volvamos a vernos por esos caminos. Quizás tengamos unas Merindades (II). Es bonito imaginar un reencuentro por tierras castellanas. Crucemos los dedos y pidamos el deseo. Hasta Pronto.
Eloina Calvete García
ELOINA CALVETE GARCÍA
Precioso relato de nuestro paso por las Merindades de Burgos. Qué gran descubrimiento. Muchas gracias Eloina por este regalo.
Muchas gracias M Dolores por tu comentario.
Un saludo.
Me ha encantado este viaje. Hemos visto lugares de ensueño. Cuánto tesoro hay escondido que desconocemos. (Del salón en el ángulo oscuro…..)
Muchas gracias a estas personas q trabajan para poderlo contemplar.
Y gracias a todo el grupo para podèrlo llevar a cabo.
Muchas gracias Cristina por tus gratas palabras. A por el próximo!!!!!