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La temporada senderista de fin de semana se despide. Dice adiós hasta pasado el verano. Ahora es época de viajes y los que no podemos hacerlos tendremos que esperar que nuestros guías regresen de esos fantásticos recorridos andariegos que han preparado.

Pero a lo que iba, la temporada se cierra y el broche de oro lo ha puesto una original ruta. Original por el día de la semana que se ha realizado, un lunes, y por el contenido: sendero, yeguas y playa. El Rocío, Doñana y Matalascañas.

Palabras mayores en esta parte de Andalucía. El día viene fijado por una feria y un santo patrón, San Pedro.

Y siempre es el 26 de junio la fecha señalada para la Saca de las Yeguas, para que los yegüerizos y sus animales se acerquen y sean bendecidos en la aldea por el sacerdote de la ermita rociera. Una tradición centenaria que reúne miles de personas en toda la población.

Este año nosotros hemos podido disfrutar de este curioso espectáculo antes de iniciar la marcha senderista. Ni siquiera la amenaza de calor bochornoso consiguió asustarnos. Y mereció la pena ver cómo esos animales siguen a sus arrieros camino de Almonte mientras relinchan llamando al orden a sus jóvenes crías.

Tras los aplausos y las fotografías, en marcha hacia La Rocina antes de que apretara más el calor. La Rocina es un precioso medio natural de Doñana que reúne distintos tipos de paisajes: pinares, helechales, brezales.

Formaciones vegetales que adornan un sendero de tablas bien señalizado que recorrimos buscando los puntos de observatorio de aves. Fue una ruta breve y preciosa.

A pesar de la falta de lluvias, la densa vegetación nos hizo llevadero el camino y pudimos escapar un poco de las altas temperaturas.

Escapamos definitivamente cuando llegamos a la playa. Sol, agua, arena, chiringuito y cerveza (o Coca Cola). Magnífico remate a tan espléndida jornada. Unas horas para almorzar y refrescarnos antes de volver a casa.

A una ciudad siempre dispuesta a darnos una ‘calurosa’ bienvenida.

Y hasta aquí llegó mi relato. Solo me queda desearos un feliz verano. Más pronto que tarde nos veremos por los caminos.


Eloína Calvete García

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