Entre parques comenzó el senderismo ‘ciudadano’.
Entre dos de los pulmones verdes más importantes de Sevilla. Desde el parque de
Los Príncipes al parque de María Luisa.
En un hermoso y didáctico recorrido aprendimos y
recordamos. Aprendimos con Luismi, nuestro guía, sobre animales y plantas más o
menos exóticas que habitan y adornan los jardines sevillanos.
Plantas de nombres insólitos y hermosa apariencia,
animales de orígenes lejanos que ahora nos son familiares. Aprendimos sobre la
marcha, o mejor dicho, aprendimos en marcha. Recorriendo los senderos.
Escudriñando rincones que suelen pasar desapercibidos.
Y de parque a parque. Atrás dejamos el vergel del barrio de Los Remedios para dirigirnos al jardín más emblemático de Sevilla. Caía la tarde, asomaban las nubes mientras cruzábamos el puente sobre el Guadalquivir.
Y el histórico pasado de Sevilla se hizo
presente al rememorar gestas descubridoras y exposiciones universales con las
explicaciones de Luismi.
Revoloteaban por nuestra memoria nombres y
fechas que compartimos mientras contemplábamos una pequeña parte del hermoso
legado arquitectónico y escultórico que adorna este jardín sevillano. Cuando las
luces del parque se encendieron, llegó la hora de despedirse, de dar por
concluida la primera ruta vespertina por la ciudad
La semana próxima volveremos a vernos para seguir descubriendo
lugares cercanos. La novedosa apuesta de Senderismo Sevilla es prometedora.
Recorridos por la ciudad, mañaneros y vespertinos, para aprender y recordar.
Para caminar y compartir. Nos esperan las dársenas sevillanas, los molinos del
Guadaíra, los pabellones del 29…
Ya llegó septiembre. Y comenzaron las rutas
senderistas. Llegó septiembre y volvimos a Puerto Zumajo. De nuevo, el
encantador enclave onubense fue el lugar elegido para inaugurar la temporada de
Senderismo Sevilla.
Comenzamos el camino evocando recuerdos de
aquella otra jornada de inauguración, lejana en el tiempo pero no en la
memoria. Algunos repetíamos la experiencia, otros iniciaban la ruta con la
curiosidad propia de los novatos.
La jornada resultó gratificante para todos.
Incluso para los pequeños senderistas que, bien pertrechados, recorrieron los
senderos con alguna que otra ayudita de los mayores. Aprendiendo desde el
principio que hacer senderismo no es solo caminar, hacer senderismo es sinónimo
de compañerismo, de ‘hacer amigos’ en cada ruta.
Los agostados campos nos acogieron con los
brazos abiertos. Y a pesar de la persistente sequía, el paisaje que recorrimos
nos ofreció huertas de árboles frutales bajo los que descansar, breves corrientes
de agua y algunas blanquecinas nubes que ocultaban el sol para aliviarnos del
calor.
Un calor que desapareció en cuanto llegamos a
Puerto Zumajo. La refrescante visión del lago fue el contrapunto perfecto del
primer sendero de la temporada.
Y una vez allí, comenzó la celebración. La doble
(o triple) celebración. Festejábamos el inicio de temporada y los cumpleaños de Carlos y Eduardo. Guías y
compañeros. Juntamos mesas y sillas, preparando el lugar del almuerzo antes de
desperdigarnos por el idílico lugar de recreo.
Algunos se lanzaron inmediatamente al agua,
otros montaron en kayaks, y el resto buscamos una refrescante bebida y un
rincón en el que descansar en amigable y distendida charla. Teníamos la tarde
por delante para conocernos mejor, para compartir anécdotas, para hacernos
fotografías y atesorar recuerdos.
Me gusta destacar este otro aspecto del
senderismo. Cuando, terminada la ruta, cansados pero satisfechos, compartimos
el tiempo con los compañeros. Compañeros que terminan siendo amigos. Amigos que
abrazas cuando vuelves a coincidir con ellos…
Tras el suculento almuerzo, tarta de
celebración, café y piña colada (bonito detalle de Antonio y Mari Carmen para
los homenajeados, para todos, que ratifica lo que apuntaba más arriba). No me
extenderé en mi relato de la jornada. Ya circulan por la red los vídeos del
baile que puso punto y final a la jornada de inauguración de Senderismo Sevilla
en Puerto Zumajo.
Entretenidas imágenes que quedarán como fiel reflejo de lo
que aquí escribo. Como memoria de la buena sintonía y satisfacción que
compartimos. Además, espero que mis fotografías reflejen una mínima parte de la
belleza del entorno de la sierra onubense que nos acogió.
Sí, por fin llegó
septiembre. Y comenzaron las rutas senderistas. Ya tocaba caminar y compartir
el camino. Caminar haciendo amigos.
Repaso las fotografías de los senderos recorridos esta
temporada, ellas me guiarán por mis recuerdos.
… Y vuelvo a Puerto Zumajo, punto de partida, casilla de
inicio. Vuelvo a disfrutar de sus colores, de la alegría con la que vivimos la
jornada senderista que inauguraba la temporada. Hermosas vistas, apetitosa
paella, jaleosos baños, divertidos kajaks. Música y baile.
Y del puerto al cerro, al Cerro del Hierro. Una ruta entre
rocas milenarias y oscuras cuevas.
Admirando los colores terrosos de un paisaje singular. Con nubes amenazantes
que presagian lluvia y plantas trepadoras desafiando alturas. Así entramos en el
otoño.
Y después nos fuimos de feria, a catar los primeros mostos entre castañares y setas. Caminando por senderos alfombrados de hojas, subiendo a elevadas fortalezas, descubriendo torres, bajando a bellos pueblos de la campiña sevillana.
Constantina, El Pedroso, Écija. Rutas de senderismo campestre hermanadas con la cultura, con el conocimiento natural, arqueológico y social de nuestro entorno más cercano.
Y qué decir de Acinipo y Setenil. Camino de bandoleros
jalonado de historias remotas y avatares recientes. Arcaicas ruinas romanas y construcciones imposibles en la roca.
Setenil, cuya importancia histórica rivaliza con
su belleza. Setenil, en la provincia de Cádiz, como Arcos de la Frontera.
Pueblo de empinadas cuestas y bellos miradores, el municipio más poblado de la
Sierra de Cádiz que recorrimos fascinados.
Y justamente a Cádiz llegamos en otra visita. A Cádiz en fiestas, en pleno carnaval. Una ruta playera y festiva por el paseo marítimo. Disfraces, chirigotas y comparsas. Senderismo urbano con olor a sal y mar plateado.
El mismo mar que baña y dibuja la costa portuguesa de El
Algarve. Las mismas olas que perfilan su hermoso paisaje y diseñan sus
acantilados y cuevas. El mismo mar que divisamos recorriendo el penúltimo
sendero. El penúltimo antes del cierre vacacional. Y en Portugal llegamos a la
última casilla, un serpenteante sendero por tierras lusitanas. Con crucero
fluvial. Con hermosas vistas y buena comida. Con música y baile.
Para terminar justo como empezamos. Con entusiasmo y alegría.
Dispuestos a volver al punto de partida para inaugurar una nueva temporada
senderista. Para disfrutar de la naturaleza y compartir emociones con los
compañeros de ruta. Para conocer nuevos senderos o volver a vivir los ya
recorridos.
La ruta que inauguraba la temporada de senderismosevilla.net discurrió entre soberbios pinares, matojos cargados de frutos silvestres, naranjales y otras tierras labradas o sin labrar.
Acompañados siempre de amenazantes nubes,
comenzamos el trayecto con la promesa de un suculento almuerzo y un refrescante
baño
Una promesa que nos aguijoneaba por los distintos
senderos: Trochas y veredas apenas transitadas, carreteras empinadas y sendas
enlodadas nos acercaron al ansiado final: Puerto Zumajo.
Y una vez allí, comenzó el jolgorio para algunos y el descanso para otros. No todos tenemos la misma capacidad de resistencia. Los más jóvenes buscaron las refrescantes aguas del embalse, los menos jóvenes buscamos la también refrescante cerveza y el cómodo sillón a orillas del agua. Para gustos, los colores.
Y en Puerto Zumajo los colores brillan sobremanera. Ahora podría extenderme escribiendo sobre la apetitosa paella, las hermosas vistas, los divertidos kajaks… Podría, pero prefiero dejar que mis fotografías hablen por sí solas.
Ellas recogen mi visión personal, más detallista que panorámica, de la ruta de inauguración de senderismosevilla.net. Solo me queda añadir que disfruté del itinerario y de la compañía. De las horas de marcha y del tiempo de ocio. Sí, fue una jornada ideal.
La ruta senderista por el Corredor Verde del Litoral Costa Ballena
Chipiona comenzó por un sendero de tablas. Dejamos atrás el Centro de Interpretación de la Naturaleza y el Litoral ‘El Camaleón’ con
la esperanza de distinguir algún ejemplar de fauna autóctona, pero solo un
veloz conejo, creo que sin chistera, apareció y desapareció entre las matas sin
siquiera darnos tiempo a enfocarlo. Otra vez será.
Al terminar la senda de tablas, antes de proseguir con la segunda parte
de la ruta, nos detuvimos en un hermoso parque para reponer fuerzas.
E iniciamos el camino por la playa hasta llegar a Chipiona. Comenzaba a
apretar el calor cuando por fin avistamos el faro. Aunque quedaba lejos
todavía, su visión nos ayudó a dar el penúltimo empujón.
Concluida la ruta ‘oficial’, el resto del día quedaba libre para que
cada cual lo disfrutase a su manera. Siete u ocho de nosotros decidimos visitar
el faro y el castillo antes de pasar un rato en la playa.
No hubo suerte. No nos dejaron subir al faro; y del castillo solo
pudimos recorrer la planta baja. Las plantas superiores ya estaban cerradas.
Otra vez será.
Visto lo visto (o lo ‘no visto’), decidimos ‘consolarnos’ en la bodega
El Castillito. Buenas tapas, cerveza fresquita y charla distendida comentando
la ruta y el calor. Tras el chapuzón playero, nos quedaban pendientes el café,
los helados y la obligada visita al Santuario antes de volver al bus.
Y así lo hicimos, sin prisa pero sin pausa. Nos dio tiempo a todo en otra agradable ruta senderista compartida con amigos de siempre y nuevos compañeros. .
Cuelgo alguna fotos que recogen mi peculiar visión de la ruta y de
Chipiona. Tengo más, sí, algunas más, aunque mejor las guardo para no cansar al
personal. Hasta la próxima.
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